Note from the Health Equity Desk written by Ximena Rebolledo León (Registered Nurse) and Translated by Cali (Bilingual Health Access Facilitator)

Honoring Indigenous People as we Celebrate the Fourth of July

Indigenous people in the United States have long experienced significantly lower health outcomes when compared with other Americans.  These disparities are rooted in broken treaties, historical injustices, and ongoing systemic racism. The Fourth of July, a day that commemorates America’s passage of the Declaration of Independence from Great Britain’s rule, serves as a poignant reminder of the complex relationship between indigenous communities and the hegemony.

This month’s Note from the Health Equity Desk seeks to shed light on this troublesome history in order to broaden perspectives and encourage action and allyship.  There is a myriad of reasons for these health disparities; many are historical in origin, but unfortunately continue to persist today.  Indigenous patients are underserved in the U.S. healthcare system, have a lower life expectancy than any other non-Indigenous group, have the highest poverty rate, have a higher prevalence of chronic diseases, and suffer from disproportionate rates of mental health issues and infant mortality.  Recognizing these disparities and understanding their root causes is vital in creating change to move towards a more equitable healthcare system.

Collaboration and open communication between Native Nations and healthcare professionals is crucial in ensuring that healthcare is responsive to the unique needs and cultural values of Indigenous peoples.  An alternate model for assessing the Social Determinants of Health has been proposed, one that focuses on “Early childhood experiences, social inequality and social exclusion, security of access to food and water, stress, and the availability of and access to employment.” Indigenous people have been on this land for thousands of years, with estimates suggesting their presence dates back at least 15,000 years – it behooves us all to take in this history, honor this resilience, and learn from this lived experience and rich knowledge.

As you celebrate this country’s Independence Day, we invite you to keep an open mind, explore the past, check your bias, and cultivate your curiosity.  Accompany us on this journey, and support us if you share a passion for health equity.  What we do, what practices we implement, and how we engage with one another has a tremendous impact on how we function as a community.

Nota de la Mesa de Equidad en Salud escrita por Ximena Rebolledo León (Enfermera Titulada) y Traducido por Cali (Facilitadora Bilingüe de Acceso a la Salud)

Honrando a los pueblos originarios mientras celebramos el 4 de julio

Durante mucho tiempo en Estados Unidos los pueblos originarios han tenido resultados de salud significativamente más bajos en comparación con otros estadounidenses.  Estas disparidades tienen sus raíces en tratados incumplidos, injusticias históricas y el racismo sistémico actual. El 4 de julio, día en que se conmemora la Declaración de la Independencia del gobierno de Gran Bretaña, sirve como un recordatorio conmovedor de la compleja relación entre las comunidades originarias y la hegemonía.

La Nota del Mes de la Oficina de Equidad en Salud busca arrojar luz sobre esta historia problemática para así ampliar perspectivas y alentar la acción y la alianza.  Hay una infinidad de razones que causan estas disparidades de salud; muchas son de origen histórico, pero, desafortunadamente, continúan persistiendo hoy en día.  Los pacientes de los pueblos originarios están desatendidos en el sistema de salud de los Estados Unidos, tienen una esperanza de vida más baja que cualquier otro grupo no indígena, tienen la tasa de pobreza más alta, una mayor prevalencia de enfermedades crónicas y sufren tasas desproporcionadas de problemas de salud mental y mortalidad infantil.  Reconocer estas disparidades y comprender sus causas fundamentales es vital para crear un cambio que avance hacia un sistema de salud más equitativo.

La colaboración y la comunicación abierta entre las Naciones de comunidades originarias y los profesionales de la salud son cruciales para garantizar que la atención médica responda a las necesidades únicas y los valores culturales de estos grupos.  Para ello, se  ha propuesto un modelo alternativo para evaluar los determinantes sociales de salud que se centra en “las experiencias de la primera infancia, la desigualdad social, la exclusión social, la seguridad al acceso a alimentos y agua, factores causantes de estrés y  disponibilidad y acceso al empleo”.  Los pueblos originarios han estado en este suelo durante miles de años, con estimaciones que sugieren que su presencia se remonta al menos a 15 000 años. Nos corresponde a todos asimilar esta historia, honrar esta resiliencia, y aprender de esta experiencia vivida y su rico conocimiento.

Al celebrar el Día de la Independencia de este país, lo invitamos a mantener una mente abierta, a explorar el pasado, revisar prejuicios y afilar la curiosidad.  Acompáñenos en este viaje y apóyenos si comparte nuestra pasión por la equidad en salud.  Lo que hacemos, las prácticas que implementamos y cómo nos relacionamos unos con otros tiene un enorme impacto en cómo funcionamos como comunidad.