Written by Lindsay Wright (Licensed Marriage and Family Therapist) and translated by Cali G (Sworn Translator)

October 10th is World Mental Health Day; a day meant to raise awareness and provide education regarding the importance of tending to and decreasing stigmatization of mental health care. Mental health diagnoses include conditions such as depression, anxiety and post-traumatic stress disorder (PTSD), among others. In 2019 an estimated 970 million people were living with mental health concerns. Since then, estimates suggest that rates of anxiety and depression have increased by approximately 25%. The rallying cry of 2023’s World Mental Health Day centers around the belief that “mental health is a universal human right”, a belief that  the Telluride Regional Medical Center wholeheartedly endorses. This concept strives to provide all humans with access to high quality mental health care, to protect people from mental health risk factors and to promote inclusion of those living with mental health conditions.

There is much work to be done to reach these goals. In 2020, it was estimated that over half of those living with mental health concerns do not receive support to address these issues. While there are many reasons for why someone may not access care, a large reason for this is fear of stigmatization, prejudice, and discrimination.  These fears are not unfounded. Many people hold untrue beliefs that individuals with mental health diagnoses are dangerous or to blame for their mental health issues, and these individual beliefs are often reflected in systems and overarching policies.  The impact of stigma is far reaching, often resulting in worsening mental health symptoms, social isolation and fewer opportunities for occupational advancement, housing, and social opportunities.

We must also acknowledge that there are additional systemic factors that impact those living with mental health concerns. Stigma, prejudice, and discrimination based on socioeconomic status, gender, sexual orientation, physical disability status, racial and ethnic identity and immigration status also have a role to play in mental health disparities. For example, LGBTQIA+ individuals are more than two times as likely to experience mental health concerns than heterosexual individuals, and for lesbian, gay and bisexual youth, the data shows that the rate of suicidal actions is four times higher than their heterosexual peers. The LGBTQIA+ community increasingly is facing restrictive and discriminatory state laws, and harmful practices, such as conversion therapy, continue to persist in many states.

While these facts may feel daunting, there are actions that can be taken to work to improve mental health both locally and globally. It will take all of us to stand against stigma, inequity, and prejudice when it comes to mental health and the various intersectional ways that systemic oppression impacts our identities.  The following list of suggestions from the National Alliance on Mental Illness provides actionable steps that can be implemented in our daily life:

  • Talk openly about mental health, such as sharing on social media.
  • Educate yourself and others – respond to misperceptions or negative comments by sharing facts and experiences.
  • Be conscious of language – remind people that words matter.
  • Encourage equality between physical and mental illness – draw comparisons to how they would treat someone with cancer or diabetes.
  • Show compassion for those with mental illness.
  • Be honest about treatment – normalize mental health treatment, just like other health care treatments.
  • Let the media know when they are using stigmatizing language presenting stories of mental illness in a stigmatizing way.
  • Choose empowerment over shame – “I fight stigma by choosing to live an empowered life. to me, that means owning my life and my story and refusing to allow others to dictate how I view myself or how I feel about myself.” – Val Fletcher, responding on Facebook to the question “How do you fight stigma?”.

Examinando las desigualdades en la salud mental con una lente interseccional

Escrito por Lindsay Wright (Terapeuta Licenciada de Matrimonio y Familia) y Traducido por Cali G. 

El 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental, día destinado a crear conciencia, proporcionar educación sobre la importancia de ocuparse de la salud mental y disminuir la estigmatización del acceso a la atención de la salud mental. Los diagnósticos de salud mental incluyen afecciones como depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (PTSD por sus siglas en inglés), entre otros, y, se estima que en 2019,  970 millones de  personas vivían con problemas de salud mental. Se cree que las tasas de ansiedad y depresión han aumentado en aproximadamente un 25 %. El grito de guerra del Día Mundial de la Salud Mental de 2023 se centra en la creencia de que “la salud mental es un derecho humano universal”, una creencia que en la clínica de Telluride respaldamos de todo corazón. Este concepto se esfuerza por proporcionar a todos los seres humanos acceso a la atención de salud mental de alta calidad, proteger a las personas de los factores de riesgo de salud mental y promover la inclusión de quienes viven con afecciones de salud mental.

Hay mucho trabajo por hacer para alcanzar estos objetivos. En 2020, se estimó que más de la mitad de las personas que viven con problemas de salud mental no reciben apoyo para abordar estos problemas, y si bien son muchas razones por las que alguien no pueda acceder a dicha atención, gran parte de esto se debe al miedo a la estigmatización, los prejuicios y la discriminación.  Estos temores no son infundados, ya que muchas personas continúan teniendo creencias falsas de que las personas con diagnósticos de salud mental son peligrosas o culpables de tales problemas, creencias que a menudo se reflejan en sistemas y políticas generales.  El impacto del estigma es de gran alcance, lo que a menudo resulta en un empeoramiento de los síntomas de la salud mental, aislamiento social y menos oportunidades para el avance ocupacional, de vivienda y de oportunidades sociales.

Sería negligente no reconocer que existen factores sistémicos adicionales que afectan a quienes viven con problemas de salud mental. El estigma, el prejuicio y la discriminación basados en el estatus socioeconómico, o de género, orientación sexual,  estado de discapacidad física, identidad racial y étnica o el estado migratorio también desempeñan un papel en las disparidades de salud mental. Por ejemplo, las personas LGBTQIA + tienen el doble de probabilidades de experimentar problemas de salud mental comparado con personas heterosexuales, y para los jóvenes gays y bisexuales, los datos muestran que la tasa de acciones suicidas es cuatro veces mayor que la de sus pares heterosexuales. La comunidad LGBTQIA + se enfrenta cada vez más a leyes estatales restrictivas y discriminatorias, y prácticas dañinas como  la terapia de conversión continúan persistiendo en muchos estados.

Si bien estos hechos pueden parecer desalentadores, hay acciones que se pueden tomar para trabajar y mejorar la salud mental tanto a nivel local como global. Nos corresponderá a todos luchar contra el estigma, la inequidad y los prejuicios relacionados con la salud mental y las distintas formas en las que la opresión sistémica afecta nuestras identidades interseccionales. La siguiente lista de sugerencias de la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales proporciona pasos prácticos que se pueden implementar en nuestra vida diaria:

  • Hable abiertamente sobre la salud mental, por ejemplo, en las redes sociales.
  • Edúquese a sí mismo y a los demás: responda a percepciones erróneas o comentarios negativos compartiendo hechos y experiencias.
  • Sea consciente del lenguaje: recuérdele a la gente que las palabras importan.
  • Fomente la igualdad entre las enfermedades físicas y las mentales: haga comparaciones con la forma en que tratarían a alguien con cáncer o diabetes.
  • Muestre compasión por las personas con enfermedades mentales.
  • Sea honesto sobre el tratamiento: normalice el tratamiento de salud mental, al igual que otros tratamientos de atención médica.
  • Hágale saber a los medios cuando estén utilizando un lenguaje estigmatizante que presenta historias de enfermedades mentales de una manera estigmatizante.
  • Elija el empoderamiento por sobre la vergüenza. Val Fletcher, respondió en Facebook de la siguiente manera a la pregunta: ¿Cómo luchas contra el estigma?: “Lucho contra el estigma eligiendo vivir una vida empoderada. Para mí, eso significa ser dueño de mi vida y mi historia y negarme a permitir que otros dicten cómo me veo a mí mismo o cómo me siento conmigo mismo.”